Texto y fotos: Amerandre.
Alfonso Suárez Gómez, decano de la Facultad de Ciencias y Educación, de la Universidad Distrital, en uso de sus funciones, decidió encerrarse en su oficina. La Decanatura se ha convertido en una “madriguera”, según lo expresan decenas de estudiantes indignados al ver lo que pasó allí: De forma arbitraria se quitó la ventana de esta dependencia de la universidad, para reemplazarla por una engorrosa y sólida pared de ladrillo. Algunos dicen que la “transparencia que simboliza una ventana” se murió; y otros más se preguntan “¿cómo respiran los funcionarios y el decano encerrados en su madriguera?”. Seguramente desde allá se quiere esconder algo, es en lo que se piensa cuando, ya, de ahora en adelante, en vez de poder observar hacia adentro a través de una ventana, una pared silenciosa, acusadora y temeraria, impide ver la honestidad y pulcritud de nuestros dirigentes. Ojala que la política de asfaltar todo, promovida en su momento por el hoy candidato a la Alcaldía de Bogotá, Enrique Peñalosa, no se aplique en el alma máter, y menos en la sede que define la educación y la pedagogía como fuente de cambio; y mucho menos que el señor decano amplié su aurora personal al ámbito público. A través de estas fotos, la comunidad universitaria sienta su voz de protesta por estas medidas, que, aunque pequeñas, son represivas y autoritarias; y no definen el ser de una universidad abierta y transparente.
Alfonso Suárez Gómez, decano de la Facultad de Ciencias y Educación, de la Universidad Distrital, en uso de sus funciones, decidió encerrarse en su oficina. La Decanatura se ha convertido en una “madriguera”, según lo expresan decenas de estudiantes indignados al ver lo que pasó allí: De forma arbitraria se quitó la ventana de esta dependencia de la universidad, para reemplazarla por una engorrosa y sólida pared de ladrillo. Algunos dicen que la “transparencia que simboliza una ventana” se murió; y otros más se preguntan “¿cómo respiran los funcionarios y el decano encerrados en su madriguera?”. Seguramente desde allá se quiere esconder algo, es en lo que se piensa cuando, ya, de ahora en adelante, en vez de poder observar hacia adentro a través de una ventana, una pared silenciosa, acusadora y temeraria, impide ver la honestidad y pulcritud de nuestros dirigentes. Ojala que la política de asfaltar todo, promovida en su momento por el hoy candidato a la Alcaldía de Bogotá, Enrique Peñalosa, no se aplique en el alma máter, y menos en la sede que define la educación y la pedagogía como fuente de cambio; y mucho menos que el señor decano amplié su aurora personal al ámbito público. A través de estas fotos, la comunidad universitaria sienta su voz de protesta por estas medidas, que, aunque pequeñas, son represivas y autoritarias; y no definen el ser de una universidad abierta y transparente.